El iluminador líquido es como el paso intermedio entre el iluminador en crema y el iluminador en polvo. Los iluminadores líquidos son más potentes que los iluminadores en crema, más intensos, pero siguen sin durar tanto como los que son en polvo.
Lo ideal es difuminarlos también muy rápido. Para aplicarlos, lo mejor es utilizar una brocha –sintética a ser posible– o una esponja.
Se recomienda poner pequeñas gotas en la brocha o esponja. Después ir aplicando en las zonas deseadas con pequeños toques y rápidamente. La luz que aportan es muy visible, pero es importante sellarlo con polvos translúcidos para que su duración sea buena.
Debes ser ágil en la aplicación ya que este iluminador tiene la facultad de secarse rápido.